Desde liberar espacio en disco duro, eliminar los rastros de archivos y programas, hasta mantener siempre el equipo actualizado, son algunas de las medidas fundamentales que debemos tomar, para conseguir que nuestro ordenador funcione, casi como el primer día.
Asociar ordenador nuevo y óptimo rendimiento, es algo inevitable. Los equipos que tienen algún tiempo suelen funcionar con lentitud, las aplicaciones tardan en arrancar o abrir una pestaña en el navegador nos lleva una eternidad, etc. En la mayoría de los casos, esto se puede evitar con un mantenimiento básico, que evita que se vayan acumulando archivos en el disco duro y el rendimiento disminuya drásticamente.
Por lo general, los sistemas operativos incorporan algunas herramientas para eliminar archivos inservibles, optimizar el disco duro o ajustar la configuración de seguridad. Por supuesto, Windows también. Dichas herramientas combinadas con otros programas y algunas mejoras de hardware, garantizan una mejora casi milagrosa en su funcionamiento. Por lo tanto, vamos a repasar las principales medidas que podemos tomar para conseguir que nuestro equipo funcione más desahogadamente.
El sistema operativo y los programas más importantes, mejor en una unidad SSD
De un tiempo a esta parte, muchos ordenadores traen ya instalado un disco SSD en lugar de el tradicional disco duro HDD. Los primeros, prescinden de componentes móviles y usan lo que se conoce como memoria no volátil o NAND flash, similar a la que usan las tarjetas de memoria o memorias USB. Esta característica, hace que sean más fiables (al no haber elementos mecánicos), más resistentes y más rápidas, ya que el acceso a la información es más rápido. Dicha velocidad se percibe a la hora de encender el equipo, realizar búsqueda de datos o ejecutar programas y aplicaciones.
Lo ideal es que si podemos disponer de uno, tanto el sistema operativo como los programas principales, estén instalados en el disco SSD y reservar el tradicional para los archivos. En caso de que nuestro equipo trajese de origen instalado un HDD, podemos instalar un nuevo SSD como disco primario y usar el antiguo, una vez formateado, para el almacenamiento de datos o archivos.

Mantener nuestro equipo actualizado
Las actualizaciones de Windows, así como en otros sistemas operativos, solucionan vulnerabilidades del sistema operativo continuamente. Estas pueden afectar, tanto a la productividad, como a la seguridad. Por lo tanto, es necesario establecer la configuración del equipo para que las actualizaciones se hagan de forma automática y en horas que no se esté utilizando para otras tareas. También podemos realizarlas, cuando el sistema nos avise que hay actualizaciones pendientes. Cualquier problema de compatibilidad o pequeños errores que presentan habitualmente los programas y controladores, se pueden resolver tan sólo con actualizar nuestro sistema operativo.
HACER LIMPIEZA EN EL DISCO DURO
Las fotografías, vídeos, archivos de texto o audio que guardamos. Cada vez se acumulan más archivos y de mayor tamaño. Si son demasiados y el disco duro no tiene margen suficiente para buscarlos, su funcionamiento irá lentísimo. Conviene por lo tanto, eliminar los que resulten inservibles o guardar los que podamos en una unidad de almacenamiento externa.
Algo parecido ocurre con los programas, en poco tiempo el PC se llena de aplicaciones que se han ido instalando. Unas por si las usamos y otras que no usaremos, pero ahí están. Lo mejor es desinstalar cuantas sea posible, para que no consuman recursos. Se puede hacer desde el panel de control, pero resulta muy útil emplear para ello algún programa específico que elimine todos los rastros que puedan quedar tras la desinstalación. Revo Uninstaller, Bulk Crap Uninstaller o IObit Uninstaller, son algunas de las herramientas gratuitas que nos ayudarán a hacerlo.
MANTENER limpio el registro
La gran mayoría de programas, almacenan datos temporalmente en nuestro disco duro, pero cuando ya no los van a necesitar, no se ocupan de eliminarlos. Por lo tanto, se van acumulando hasta ocupar demasiado espacio y ralentizan la fluidez de nuestro equipo. La limpieza puede hacerse manualmente, aunque no es recomendable para usuarios sin conocimientos informáticos, ya que pueden provocar errores de funcionamiento en el sistema operativo o en los programas. Para ello, lo mejor son las opciones alternativas: usar el Liberador de espacio en disco de Windows que, aunque no se ha diseñado para esta labor, es capaz de eliminar los restos de aplicaciones y controladores o bien, utilizar un programa específico que localice las entradas susceptibles de borrar y permita hacer una copia de seguridad preventiva. CCleaner u otras alternativas como Wise Registry Cleaner están entre los más empleados.
Para usuarios de Windows, debo decir que Microsoft dispone de una muy buena aplicación gratuita (aunque se encuentra en fase Beta y sólo traducida al chino o inglés), pero que nos ayuda desde realizar estas tareas, hasta actualizar el sistema o el antivirus. Recomiendo usarla o al menos probarla, ya que su uso es muy intuitivo y rápido. Por si te interesa es PC Manager.
Desfragmentar el disco
Cuando se guardan los archivos o instalan programas en un antiguo disco duro mecánico, se hace de manera fragmentada. Aunque Windows sabe perfectamente dónde están todos esos fragmentos, tiene que realizar un esfuerzo lógico para encontrarlos, provocando la inevitable reducción de velocidad de funcionamiento. El sistema operativo de Microsoft incorpora una función para ejecutar automáticamente la desfragmentación del disco periódicamente, aunque también es posible hacerlo manualmente si andamos escasos de capacidad de almacenamiento o notamos una disminución en el rendimiento del equipo.
Esta tarea ya no es necesaria en los discos SSD, ya que al eliminar información de ellos, no quedan espacios vacíos que debamos eliminar desfragmentando el disco. Esto si que se debía hacer en los antiguos discos HDD, ya que ocurría lo contrario, al eliminar información continuamente de ellos, se quedaba el espacio que ocupaba «muerto», por lo que con la desfragmentación, se aglutinaba toda la información eliminando esos espacios, ya que de lo contrario el sistema tardaba más en encontrar la información buscada.

Selecciona los programas de inicio
Cuando el sistema operativo tarda en iniciarse, es aconsejable revisar los programas que se inician cuando arranca el dispositivo, ya que muchos de ellos no será necesario que lo hagan. Cuantos más son, más tiempo pasará desde que se pulsa el botón de encendido, hasta que el sistema se pueda utilizar. El administrador de tareas del sistema incorpora la pestaña “Inicio” o en «Configuración» > «Aplicaciones», en el caso de Windows 11, por ejemplo, donde encontraremos todas las aplicaciones configuradas para iniciarse cuando lo haga el sistema, las cuales pueden desactivarse desde ese mismo menú. Ordenándole al sistema que inicie sólo las imprescindibles, notaremos mayor fluidez en el arranque de nuestro equipo.
Cuando nada de lo anterior funciona
Con demasiada frecuencia, nos llegan equipos que pese a seguir las instrucciones anteriores, siguen funcionando de forma perezosa. Muchas veces, las exigencias de Windows respecto a hardware, son las responsables.
Si nada de lo anteriormente dicho funcionase, es cuando nos vemos obligados a realizar una reinstalación del sistema. Esta tarea se realiza desde la opción de “Recuperación” en «Configuración», y podemos elegir entre mantener los archivos o hacer una reinstalación completa. Aun así, es conveniente siempre asegurarse de que se guarda una copia de seguridad de todo en un disco externo y de que se dispone de los elementos necesarios (imagen del sistema, claves, programas, etc).
En el peor de los casos, puede que Windows nos recomiende una instalación limpia (desde cero), por lo que debemos saber que al instalar el sistema, se formateará el disco por completo y perderemos todo aquello que pueda contener. Habría que armarse de mucha paciencia y tener el tiempo suficiente, ya que la tarea suele ser tediosa.
Por contra, el sistema operativo Linux en cualquiera de sus distros (más de 500), ofrece una buena interfaz gráfica de usuario (GUI), resultando muy intuitivo, gratuito y mucho menos exigente con los requisitos de hardware.
Equipos que Windows había condenado a muerte, siguen funcionando con alegría gracias a este sistema operativo de código abierto (Open Source), que cuenta con infinidad de aplicaciones en su «tienda» y que nos va a permitir desempeñar el mismo trabajo que con Windows. Configurable a gusto del usuario, más seguro y respetuoso con nuestra privacidad.
¿Excepto jugar con juegos de gráficos espectaculares y de reciente lanzamiento en el mercado? Personalmente, esta tarea la llevo a cabo en una buena consola de videojuegos y así lo recomiendo. Por coste del dispositivo y disfrute de los títulos que más nos gusten.