Cuando nuestro ordenador comienza a mostrar síntomas de lentitud o presenta fallos a la hora de ejecutar algunos programas, por lo general nos preguntamos si no sería buen momento para cambiar o ampliar nuestra memoria RAM. También nos podemos llevar la sorpresa de que nuestro portátil de buena marca y muy buen aspecto, no nos lo permita. ¿Qué podríamos hacer en este caso?
Si te estás planteando ampliar la memoria RAM de tu PC, lo primero que debes hacer es asegurarte de que el ordenador (sea de sobremesa o portátil), realmente lo admite. ¿Que cómo puedes saber eso?
Existen distintos elementos que nos muestran si un ordenador puede ampliar su capacidad de memoria RAM. A continuación vamos a ver algunos a tener en cuenta.
Es normal tener dudas en algún momento sobre si aplicar o no, un incremento de RAM cuando no sabemos si nuestro ordenador lo acepta, incluso quienes tenemos conocimientos sobre hardware, podemos llegar a dudar también.
Para salir de dudas, lo primero que haremos será verificar los límites del procesador de nuestro ordenador. Por lo general, los procesadores de la actualidad se suelen encontrar en el puente norte, además del controlador de RAM.
Debemos tener claro que el procesador, es quien va a condicionar en primer lugar con cuanta memoria RAM es capaz de trabajar. Por lo tanto, debemos informarnos buscando en las especificaciones técnicas del procesador, cuanta memoria RAM admite.
Lo segundo que debemos conocer es el límite que tiene la placa base y el chipset. La placa es el lugar donde van instalados los componentes principales del ordenador, memoria RAM y el CPU. Una tendencia muy generalizada últimamente, bien para reducir costes los fabricantes o bien, para aprovechar al máximo el espacio que ofrece la placa base y así poder conseguir los laptops extraplanos que están saliendo nuevos al mercado, es la de incorporar la meoria RAM a la placa base. Si fuera este el caso, no habría duda alguna y la respuesta que recibiríamos sería: no se puede ampliar la memoria RAM de tu ordenador.
Por otro lado, habría que ver de cuantas ranuras de expansión de memoria RAM dispone la placa base. Si bien, este problema no suele presentarse en los ordenadores de sobremesa que están dotados con una placa base decente, por el contrario, sí nos podríamos encontrar en otros PC o laptops, que pese a que el microprocesador acepte 8 GB de RAM (por ejemplo), sólo disponemos de un slot para la RAM. A las malas, en este caso, podríamos optar por cambiar el módulo de 4 GB que tiene instalado, por uno de 8 GB y el problema estaría resuelto.
Cómo averiguar la memoria RAM de tu equipo
El proceso es muy sencillo, tan sólo debemos entrar en la configuración del equipo e ir a Sistema > Acerca de.
También podemos conocer esta información, pulsando a la vez las teclas Control + Shift + Esc. De esta forma entrarás en el Administrador de tareas, donde tienes que ir a la pestaña Rendimiento y pulsar en Memoria. Podremos ver así la cantidad de memoria RAM que tenemos, además de otra información útil, como es su velocidad, cuántas ranuras tiene y el factor de forma. Estos datos serán de vital importancia para saber qué tipo de módulos deberás comprar para ampliar la RAM de tu equipo.

Por lo tanto, una vez sepamos qué tipo de memoria RAM admite nuestro ordenador, nos podremos dedicar a buscar la que mejor se ajuste a nuestro presupuesto. Mi consejo personal es, que una vez tengamos toda la información necesaria, compremos módulos de memoria RAM de fabricantes conocidos y a ser posible, que ofrezcan cierta calidad. Muchas veces, con tal de ajustar demasiado el presupuesto, se adquieren productos que al someterlos a determinadas condiciones de uso, enseguida se achicharran, pudiendo dejan nuestra placa u otros componentes inservibles.
Pero, ¿qué puedo hacer si mi laptop trae la RAM incorporada en la placa base y no la puedo ampliar?
Lo primero, que no panda el cúnico. Como anécdota, hace muy poco tiempo un amigo me consultó qué le podría hacer al portátil que usa su hija para el instituto, ya que iba muy lento, tardaba mucho tiempo en arrancar… Como se suele decir, iba muy perro.
El problema se nos presenta con mayor frecuencia, en equipos que corren con el sistema operativo Windows, el cual en la mayor parte de los casos es el responsable de dejar a nuestros dispositivos obsoletos. La opción de instalarle una distro de Linux no le convenció, claramente porque al igual que piensa equivocadamente mucha gente: Linux es para programadores, es muy dificil de usar, la interfaz gráfica es muy pobre, etc.
Entonces, lo primero que le recomendé a Roberto fue, «limpiar» el sistema que sólo nos aliviaría el problema en un 5 % de mejora del rendimiento. Le recomendé lógicamente también, ampliar la memoria RAM y cambiar la unidad de almacenamiento o disco duro HDD, para sustituirlo por una del tipo SSD. Su disco duro era de un 1 TB, pero para reducir el presupuesto y teniendo en cuenta que le recomendé almacenar en el dispositivo la menor información posible y jugar más con la opción de las copias de seguridad, para evitar lamentar la pérdida de información en caso de entrada de malware, robo del dispositivo u otro incidente, le conseguí un SSD Kingston de 480 GB, a muy buen precio.
El jarro de agua fría fue, cuando le dije que la memoria de su laptop venía incrustada en placa, por lo que no era posible cambiarla como esperábamos. No tenemos que sorprendernos por ello, pues la tendencia de los fabricantes a la hora de sacar al mercado equipos a precio muy competitivo, es a costa de que el usuario está comprando equipos de usar y tirar. Con el paso del tiempo, en cuanto el sistema operativo empieza a acaparar recursos, la mayoría de eso equipos acaban en la basura. Cuando bien se podría sustituir el sistema operativo, por una de tantas distros de Linux que hay para elegir, que son gratuítas y que le van a dar una segunda vida al equipo muy digna.
El caso es que, para asombro de mi amigo Roberto, tras sanear el sistema y cambiar el disco duro HDD (mecánico), por un SSD, el tiempo de arranque del sistema operativo, así como la lectura y escritura de datos, había mejorado en un 70 %, pese a que el dispositivo seguía contando con 4 GB de RAM.
Con todo esto, os vengo a decir que pese a que no se pueda ampliar la memoria RAM de un ordenador, tan sólo con el hecho de cambiar la unidad de almacenamiento HDD por una del tipo SSD, vamos a conseguir una mejora de los tiempos de trabajo y respuesta del sistema verdaderamente interesantes. Lo cual te recomiendo si es que fuera tu caso, en lugar de deprimirte por que no le puedes ampliar la memoria. Y por supuesto, tened muy claro que el hecho de encontrar en el mercado un ordenador, tanto de sobremesa como portátil, al mismo precio de un smartphone de gama media (alrededor de los 300 €), es debido a que las posibilidades de ampliación o mejora, van a ser muy ajustadas o casi imposibles en un futuro. Nadie vende euros a 70 céntimos y en esta vida, todo tiene un porqué.